miércoles, 22 de diciembre de 2010

EL TRUCO CONTABLE REPO 105


Quieren saber ¿cómo funciona el "truco contable" REPO 105 por el cual Ernst & Young "maquillaba" los Estados financieros de Lehman Brothers? aquí un enlace didáctico y directo al grano:

VER URGENTE AQUÍ:


http://www.valenciaplaza.com/ver/2535/REPO-105-Anatom%C3%ADa-e-implicaciones-de-un-esc%C3%A1ndalo-contable.html

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Por primera vez desde que estalló la actual crisis financiera internacional ha aflorado un escándalo contable al uso, con implicación del auditor externo en la ocultación de información financiera relevante. Hasta la fecha, las agencias de calificación de riesgo habían acaparado todas las críticas por los errores cometidos al calificar los bonos respaldados en hipotecas subprime. De nuevo, el conflicto de intereses del auditor vuelve a escena, en un episodio que dará mucho que hablar en los próximos meses y cuyas consecuencias finales son impredecibles. El resultado del proceso judicial podría ser muy grave para Ernst & Young si el tribunal considera que, al negar información al comité de auditoría, el auditor externo impidió que el banco adoptara iniciativas para paliar la gravedad de la situación. Los costes legales para Ernst & Young podrían afectar dramáticamente a la entidad en su conjunto.
Pero más allá de las consecuencias concretas para el auditor externo, este escándalo contable vuelve a poner encima de la mesa la necesidad de una reforma en profundidad del mercado de auditoría. Tras el escándalo Enron, el gobierno de los Estados Unidos introdujo un cambio radical en cuanto a la supervisión de los auditores. La auto-regulación de la profesión daba paso a la regulación pública de la auditoría a través de un organismo independiente de las empresas del sector (PCAOB, Public Company Accounting Oversight Board). Tan sólo unos años después de la creación de este organismo, aflora un nuevo escándalo contable que inevitablemente siembra dudas con respecto a su efectividad como mecanismo para elevar los estándares de calidad del sector. A pesar de las mejoras en los mecanismos de supervisión, el auditor sigue sometido a un conflicto de intereses que condiciona su praxis profesional. En el contexto actual de reforma de los mercados financieros, podría haber llegado por fin la hora de regular seriamente el sector y plantear de una vez la necesidad de que el auditor sirva a los intereses de los usuarios de la información contable y no a los de las empresas que emiten las cuentas anuales.Por primera vez desde que estalló la actual crisis financiera internacional ha aflorado un escándalo contable al uso, con implicación del auditor externo en la ocultación de información financiera relevante. Hasta la fecha, las agencias de calificación de riesgo habían acaparado todas las críticas por los errores cometidos al calificar los bonos respaldados en hipotecas subprime. De nuevo, el conflicto de intereses del auditor vuelve a escena, en un episodio que dará mucho que hablar en los próximos meses y cuyas consecuencias finales son impredecibles. El resultado del proceso judicial podría ser muy grave para Ernst & Young si el tribunal considera que, al negar información al comité de auditoría, el auditor externo impidió que el banco adoptara iniciativas para paliar la gravedad de la situación. Los costes legales para Ernst & Young podrían afectar dramáticamente a la entidad en su conjunto.
Pero más allá de las consecuencias concretas para el auditor externo, este escándalo contable vuelve a poner encima de la mesa la necesidad de una reforma en profundidad del mercado de auditoría. Tras el escándalo Enron, el gobierno de los Estados Unidos introdujo un cambio radical en cuanto a la supervisión de los auditores. La auto-regulación de la profesión daba paso a la regulación pública de la auditoría a través de un organismo independiente de las empresas del sector (PCAOB, Public Company Accounting Oversight Board). Tan sólo unos años después de la creación de este organismo, aflora un nuevo escándalo contable que inevitablemente siembra dudas con respecto a su efectividad como mecanismo para elevar los estándares de calidad del sector. A pesar de las mejoras en los mecanismos de supervisión, el auditor sigue sometido a un conflicto de intereses que condiciona su praxis profesional. En el contexto actual de reforma de los mercados financieros, podría haber llegado por fin la hora de regular seriamente el sector y plantear de una vez la necesidad de que el auditor sirva a los intereses de los usuarios de la información contable y no a los de las empresas que emiten las cuentas anuales."