miércoles, 24 de octubre de 2012

INTERNACIONALES: HOLLANDE Y EL IMPUESTO A LOS RICOS

Arranca mes clave para Hollande y su plan de impuestazo a ricos

El gobierno socialista francés del presidente Francois Hollande se prepara a afrontar un mes de septiembre clave para cumplir sus promesas de campaña y los objetivos asumidos ante la eurozona con la diagramación de inéditas medidas fiscales dirigidas a los sectores más ricos de la población.


En 2013 los ricos pagarán más impuestos en Francia, casi tanto como lo había prometido Hollande durante su campaña para llegar a dirigir a una quinta potencia mundial que se encuentra al borde de la recesión y cuyo déficit público compromete su programa de gobierno.
Ante la dificultad para encontrar nuevos recursos y pregonando una medida “patriótica”, Hollande marca en materia fiscal una ruptura con respecto al precedente gobierno conservador del presidente Nicolas Sarkozy.
Mientras el ex mandatario aligeró las cargas impositivas sobre la fortuna, el socialista pretende instaurar una “contribución excepcional” a las grandes fortunas para fortalecer “la cohesión social” mediante medidas de “morales y justas”.
“Es algo excepcional, una forma de contribución patriótica para equilibrar las finanzas publicas”, expresó Hollande en julio pasado sobre la medida, un gravamen del 75% que deberán pagar quienes ganen mas de un millón de euros al año.
Esta medida será examinada en el Parlamento en las sesiones extraordinarias de la segunda quincena de septiembre, cuando el Socialismo, que posee la mayoría en ambas cámaras, presente su riguroso proyecto del presupuesto 2013, la ley de finanzas 2013 y el proyecto plurianual 2013-2015.
El diseño del proyecto es un verdadero rompecabezas para el gobierno galo, que busca otorgarle “coherencia” a una medida “inteligente”, según el ministro de economía Pierre Moscovici.
El proyecto gubernamental –que ya se encuentra en estudio mediante un arbitraje- se mantiene en secreto y hasta el momento solo han filtrado pocos detalles.
El arbitraje sobre el proyecto gubernamental será dado a conocer en los próximos días, y, de obtener un examen favorable, el gobierno espera evitar que sus medidas sean consideradas anticonstitucionales por el Consejo Constitucional, que ya advirtió que vetará medidas “confiscatorias”.
“Una medida de ese calibre deberá estar acompañada por un plafón que produzca efectos equivalentes destinados a evitar una ruptura de la igualdad frente a las cargas públicas”, advirtió el consejo, que dijo que garantizará la ley vigente de que los contribuyentes no consagren más del 85% de sus ingresos al impuesto a la fortuna.
La medida podría causar un “éxodo fiscal” de las principales fortunas de Francia, alertan los medios de comunicación, que sitúan entre “2.000 y 4.500” las personas afectadas por el impuestos a los ricos franceses, al tiempo que especulan con el mismo tendrá una duración de “entre dos y tres años”.
Desde la oposición conservadora, denuncian un “impuesto confiscatorio” y afirman que la medida “demuestra una negación de la realidad y las contradicciones del programa del principal partido de izquierda galo”, según estimó el diputado de la Unión por una Mayoría Popular (UMP), Jean-Francois Copé.
El gobierno de Hollande aduce que los impuestos a las grandes fortunas actualmente le permiten recaudar 600 millones de euros, dado que la mayoría de los ricos franceses se encuentran radicados en países vecinos con una fiscalidad más blanda (Bélgica y Reino Unido) o en paraísos fiscales (Suiza, Mónaco o Luxemburgo), mientras que el resto de la población aporta cuatro veces más.
Asimismo, el gobierno pretende eliminar la mayoría de las exoneraciones impositivas, especialmente las que incumben al patrimonio (inmuebles, obras de arte, etc), a las herencias y al capital invertido, que amputan una quinta parte de la recaudaciones de un impuesto sobre la fortuna que le otorga a las arcas públicas 4 mil millones de euros anualmente.
Pese a que el socialismo insiste que sus medidas serán “justas” y que “quienes más tienen más pagaran”, la mayoría de los analistas sostiene que el alza fiscal no será suficiente para reducir el déficit en momentos donde la economía se encuentra al borde de la recesión.
“El gobierno necesita encontrar nuevos ingresos, por eso podría aplicar cargas impositivas al ahorro”, reveló el diario Le Monde esta semana citando a un consejero económico del gobierno.
Hollande podría llegar a postergar su calendario de reforma para evitar gravar a las empresas francesas en pos de mantener su competitividad.
“Esperamos que el gobierno nos brinde su confianza a las empresas francesas y que lleve a cabo una política fiscal que nos permita contribuir al regreso del crecimiento", dijo esta semana Laurence Parisot, presidenta del grupo que nuclea a la patronal francesa, el Medef.
"No podrá haber un crecimiento beneficioso para todos los franceses si las empresas no obtienen ganancia”, agregó.
Y ajustó: “Sabemos que hay que reducir el déficit público, que se necesita recortar 30.000 millones de euros en 2013. Pero no es posible que ese dinero aparezca a partir de nuevos impuestos. Lo primero que debe hacerse es reducir el gasto público”.
Según estimaciones de diversos analistas, las alzas impositivas y los nuevos impuestos podrían otorgarle al Estado entre 5 y 8 mil millones de euros, una cuarta parte de los 33.000 millones que Hollande necesita recortar para cumplir con su compromiso europeo de reducir el déficit público al 3% en 2013.
Luego de las vacaciones estivales europeas, Francia comienza a encarar un año clave para su economía y para el gobierno que en gran parte se definirá en el Parlamento el mes próximo.
En octubre, el gobierno enfrentará su primera movilización sindical, luego de que la CGT anunciara esta semana marchas en las principales ciudades del país para el día 9 para “defender el empleo industrial” y tras considerar “alarmante la situación económica y social de Francia”.