lunes, 25 de enero de 2010

INTERNACIONALES


Obama pone un drástico límite a los bancos y al sector financiero
Anunció un plan que frena sus actividades especulativas y buscar evitar su excesivo crecimiento. Es una respuesta a las quejas de la gente contra la banca, que se resiste a las reformas. "Si quieren pelea, estoy dispuesto a librarla", dijo Obama.


P resionado por la frustración popular creciente contra la banca, el presidente Barack Obama anunció ayer un plan para limitar el tamaño y las actividades especulativas de los bancos y las entidades financieras, en un intento por combatir los excesos corporativos y la toma de riesgo desmesurado. Al mismo tiempo, el programa busca evitar que las empresas del sector aumenten demasiado su tamaño. La decisión provocó una caída inmediata en Wall Street, que cerró con pérdidas del 2,01% en el índice Dow Jones, la mayor caída desde el último 30 de octubre. "Mi determinación en reformar el sistema se ha reforzado al ver un retorno a las viejas prácticas de algunas compañías que están luchando contra la reforma, y cuando veo los beneficios récord de algunos bancos que aseguran que no tienen fondos para prestar a las pequeñas empresas, o mantener los intereses de las tarjetas de crédito bajos", dijo Obama al hablar ante la prensa en la presentación de su plan en la Casa Blanca. El mandatario estaba junto al ex presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, que actúa ahora como su asesor, el vice Joe Biden y la plana mayor de su equipo económico. "Si quieren pelea, es una pelea que estoy dispuesto a librar", aclaró el mandatario en abierto reto a los bancos, después de acusarles de ser el origen de una recesión que destruyó siete millones de empleos y puso de rodillas a la economía mundial en la etapa final del gobierno de George W. Bush. El momento del anuncio no es casual y tiene dos antecedentes importantes. Por un lado, se produjo la misma semana en que los seis grandes grupos bancarios del país informaron que habían cerrado sus ejercicios anuales con grandes beneficios ­lo que confirma que ya están bien lejos del abismo­ y con millonarios bonos para sus directivos ­lo que concita la ira del pueblo que sufre la estrechez económica. En segundo lugar, la decisión parece una reacción a la reciente derrota demócrata en el Estado de Massachusetts, que amenaza con poner en peligro su agenda de gobierno, en especial, su polémico plan de reforma sanitaria (Ver "No alcanzan..."). "Aunque el sistema financiero es ahora mucho más sólido que hace un año, sigue operando exactamente bajo las mismas reglas que lo llevaron al borde del colapso", aseguró Obama al justificar las medidas propuestas. En primer lugar, el plan busca evitar que un banco pueda ser propietario, invertir o patrocinar un fondo de riesgo (hedge funds o "fondos buitres"), un fondo de capital riesgo o especular en bolsa con su propio dinero. En esencia, se aspira a que los bancos separen de forma más clara el sector de inversiones del resto de actividades financieras. "No deberíamos permitir a los bancos alejarse demasiado de su tarea principal, que es la de prestar un servicio a los clientes", dijo Obama. En los años anteriores, muchas empresas financieras invirtieron en áreas de riesgo el dinero de los contribuyentes. El jefe de Estado quiere que en el futuro se le prohíba a los bancos poseer hedge funds (fondos de altos riesgo) o fondos accionarios, que no le reporten un beneficio a los clientes, ni invertir en dichos fondos. "Si los bancos se benefician de la red de seguridad que les otorgan los contribuyentes (...) no es adecuado si toman ese dinero para hacer ganancias", afirmó. En segundo término, el plan intenta impedir la creación de megabancos. Obama quiere evitar que se produzcan fusiones en el sistema financiero y que sólo haya un puñado de grandes grupos. "Eso no es bueno para los consumidores. Eso no es bueno para la economía", dijo el presidente. Al mismo tiempo, el gobierno pretende evitar el surgimiento de instituciones que son "demasiado grandes para hundirse" ­como dijo el presidente­, una situación que obligó al Estado a salir a su rescate, al considerar que con su quiebra podían poner en peligro todo el sistema financiero del país y del mundo, como ocurrió con el crack de la última parte del gobierno de George W. Bush. Las reglas anunciadas deben ser ahora aprobadas por el Congreso. Wall Street recibió el anuncio con temor y pérdidas en las principales firmas como Citigroup (5,49%) y Morgan Stanley (-4,21%), así como Goldman Sachs, que bajó un 4,12%. Esa última entidad había anunciado el último jueves que en 2009 obtuvo una ganancia de US$ 3.385 millones, antes del reparto de dividendos, una cifra que resultó seis veces mayor que el beneficio logrado en 2008.