jueves, 22 de agosto de 2013

Hacia una reforma tributaria global

Los diagnósticos de expertos de la sociedad civil sobre el papel central de las prácticas de evasión fiscal de las multinacionales acaban de ser validados al nivel del G20, con la publicación del informe de la OCDE sobre la erosión de la base fiscal y la deslocalización de las utilidades.
Bajo el nombre de BEPS (1), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha denominado en un reciente informe la lacra de la erosión de la base fiscal de los países producto de la deslocalización de la utilidades de las empresas, del país donde las generan a otros territorios sin pagar impuestos parcial o totalmente.
En parte es un logro de diversas ONG y redes especializadas en temas fiscales que han venido desarrollando un cabildeo intenso por la transparencia contable de las empresas. Ello sumado a que la evasión fiscal ya no solo es una práctica de las transnacionales en los países en vías de desarrollo, sino también en los países industrializados, ha puesto nuevamente la atención de los líderes mundiales en un problema central.
En realidad, esta vez podemos decir que se ha abierto el debate de la reforma del sistema de grabación de las corporaciones transnacionales.
:: Tasación unitaria
La propuesta de la sociedad civil sobre “tasación unitaria” para las transnacionales, invita la OCDE y al propio G20 a utilizar mecanismos de transparencia contable para sacar información necesaria a fin de adaptar las tasas impositivas (tasación) a las actividades reales de las transnacionales.
La idea es ambiciosa y el debate acaba de empezar. Si el reto intelectual, metodológico e institucional para implementar tal sistema parece enorme, el objetivo de una tasación adaptada a las actividades reales de las transnacionales debe instalarse como prioridad.
Sin embargo, este desafío no debe ser enfrentado sin la participación en el debate y sin tomar en cuenta los intereses de los países en desarrollo.
:: Primeros pasos
El problema de la finanza offshore(2) aumenta de manera exponencial desde hace algunas décadas y está hoy en el corazón financiero y comercial mundial (3). Las ONG que trabajan desde hace años sobre el financiamiento del desarrollo constataron que la evasión tributaria creciente de las empresas pone en peligro las finanzas públicas.
Si bien las organizaciones sociales fueron los primeros en dar la voz de alarma en los años 2000, es solo después el estallido de la crisis financiera en 2008, con la consecuente contracción de recursos públicos de los Estados ricos que los líderes mundiales empezaron a interesarse del tema de la evasión fiscal.
El G20 en particular se movilizó apuntando a los territorios opacos. La lista negra de los paraísos fiscales del G20 de Londres (abril 2009) debía imponer a algunos pequeños territorios (42 exactamente, sin los más importantes centros financieros offshore que están la City de Londres, el estado estadounidense de Delaware, Hong Kong, etc…), más transparencia fiscal sobre las cuentas offshore de ciudadanos de algunos estados poderosos.
:: Medidas ineficaces
Por primera vez algunos territorios, que nunca habían aceptado de mandar información sobre las actividades financieras que permiten, fueron obligados a intercambiar información. Sin embargo, los flujos financieros ilícitos y la evasión fiscal de las empresas no han dejado de aumentar.
De hecho, el enfoque del G20 sobre los ciudadanos es inadecuado para impactar a los principales flujos financieros ilícitos, porque dichos flujos no proceden tanto de personas sino más bien de empresas, y además, están principalmente en dirección Sur-Norte.
Pero ahora, la OCDE – en una revolución interna ya que acaba de abrazar la idea del intercambio automático de información fiscal – ha dado a conocer al G20 su informe BEPS validando todo el análisis de las ONG sobre el papel central de las prácticas de las multinacionales y de la necesidad de adaptar el viejo sistema de tasación.
(1) BEPS: Base Erosion and Profit Shifting, o erosión de la base imponible y deslocalización de utilidades.
(2) El término Offshore alude a las jurisdicciones con opacidad financiera, en donde se pueden esconder ganancias para no pagar impuestos.

(3) Los flujos financieros ilícitos al nivel mundial se estiman a 6,5 billones de dólares según el Global Financial Integrity y se estima que 65% de esos flujos procede de la evasión y elusión fiscal de las empresas internacionales. El Tax Justice Network estimaba en julio 2012 que se albergan entre 21 y 32 billones de dólares en los paraísos fiscales, lo que representa el PIB de los Estados Unidos y de Japón juntos. Ver el articulo Evasión Tributaria de Grandes Empresas de Luis Moreno, Economía Crítica, 31 octubre de 2013