martes, 6 de abril de 2010

COYUNTURA: EL FUTURO INCIERTO DE LA BOLSA


Hace algún tiempo, muchos neófitos se regodeaban en foros y eventos con el tema de que la Bolsa de valores de Lima, era la más rentable del mundo. Cifras engañosas y un pésimo análisis de la realidad confabulaban para airear esos conceptos de infundado optimismo. Lucho Davelouis pone el dedo en la llaga y desmitifica la idea en este más que interesante artículo:


Por: Luis Davelouis Lengua.


¿Para qué sirve la bolsa?

Para canalizar los recursos desde los agentes superavitarios hacia los deficitarios de la economía. Pero, ¿no eran los bancos los que hacían eso? Así es, pero de una manera muy diferente: un banco presta un dinero ajeno que, sumado a una tasa de interés, le debe ser devuelto en un plazo fijo preestablecido.
A través de la bolsa, en cambio, una empresa que busca crecer puede acceder al capital que necesita compartiendo el riesgo que involucra su actividad con inversionistas que buscan rentabilizar sus excedentes de —valga la redundancia— capital a través de dos mecanismos principales.
En el primero de ellos los inversionistas que compran deuda de una empresa a través de bonos (por ejemplo) reciben una mayor tasa de interés que si depositaran ese mismo dinero en un banco. Al mismo tiempo, la empresa consigue financiamiento en mejores condiciones (mayor plazo a menos costo) que si le pidiera el dinero al banco.
Esto sucede, evidentemente, porque el banco elimina virtualmente el riesgo de contraparte, pero esa es otra historia. Los papeles de renta fija son de lo más seguro y estable que hay para invertir. En el otro mecanismo, se trata de obtener financiamiento a través de la emisión de acciones. En este caso, la empresa hace al inversionista partícipe directo del resultado de su buena o mala gestión porque comparte la propiedad de la empresa con él.
En ambos casos, la empresa se obliga a entregar información exacta, completa y oportuna a todo el mercado y eso lo supervisa la Comisión Nacional Supervisora de Empresas y Valores (Conasev).
Es importante entender que toda operación financiera conlleva la asunción de un riesgo que siempre es proporcional al beneficio económico que se espera recibir.


REGRESO A LA BOLSA

La bolsa, como mecanismo, funciona muy bien pero, desde que aparecieron las AFP y la negociación empezó a concentrarse cada vez más en unas pocas acciones, las cosas se fueron complicando. Lima se hizo menos atractiva como destino bursátil, pues, por su pequeñez, se hizo virtualmente imposible para los inversionistas institucionales nacionales o de fuera adquirir volúmenes grandes de acciones sin afectar el precio de los títulos.
Hoy, el mercado de valores peruano, y la bolsa en particular, enfrentan una dura realidad: los inversionistas son cada vez más difíciles de convencer y los emisores (las empresas que listan sus acciones o papeles de deuda) son aun menos. De hecho, de las más de 250 empresas inscritas en la bolsa, solo 150 negocian sus acciones en ella.
¿Pero, por qué? Una de las razones es el altísimo componente minero de la BVL que la hace (a toda ella) muy sensible a los movimientos de los precios de los metales en el extranjero. De hecho, al cierre del primer trimestre, el índice general rindió 6,79% mientras que el precio del cobre, en el mismo lapso, subió 6,58%.
Ello, sumado a su poca liquidez, la convierte en una bolsa extremadamente volátil y también muy ligada al comportamiento de los índices de las bolsas internacionales, principalmente de EE.UU. (que subió 4,9% al cierre de este trimestre). Entre el componente minero y de acciones emitidas —y también negociadas— en el extranjero concentraron más del 47% del total del monto negociado en la BVL. Solo tres sectores de 18. Como resultado de ello los volúmenes negociados han decaído sustancialmente en los últimos dos años.
“Actualmente, en nuestro país son pocas las empresas que acuden al mercado de valores en busca de financiamiento y también son pocas las personas que ven a este como una alternativa factible de inversión”, reconoce la Conasev.


¿QUÉ HACEMOS?


Según el gerente general de la BVL, Francis Stenning, la bolsa está trabajando en varios proyectos que buscan revertir esta —en apariencia nefasta— tendencia. Además del proyecto de integración con las bolsas de Santiago y Bogotá (para ofrecer más variedad a los inversionistas), está a punto de incorporar a algunas empresas estatales.
“Aquí no hablamos de privatización, estamos hablando de integrar al mercado a estas empresas y una parte de sus acciones como ocurrió con Ecopetrol (de Colombia) [...] así las empresas del Estado estarían sujetas a los más altos estándares de información, buenas prácticas de gobierno corporativo, entre otros, que las harían más atractivas para los inversionistas”, explicó Stenning.
Pero además, la BVL trabaja en dos proyectos que buscan identificar a empresas medianas que puedan acceder al mercado de valores a través de la bolsa por su tamaño y características de gestión.
En opinión del director de Macroconsult, Élmer Cuba, “que más empresas se incorporen a la bolsa tomará algún tiempo porque el tejido mismo peruano es de mypes [...] y la bolsa refleja la estructura económica del país [...] hay un estudio del número de empresas que pueden listarse en la bolsa y no son más de 40”.
Stenning no está de acuerdo pero no da una cifra. Para él, que el mercado de capitales crezca es indesligable de una economía que crece vigorosamente.
“Tenemos alrededor de 150 empresas que cotizan sus acciones en la bolsa y estimamos que creceremos una y media veces el PBI. Es decir, si la economía crece 6% este año, se deberían incorporar 9% más empresas a la bolsa en ese lapso, es decir, tal vez unas 15”, afirma el gerente general de la BVL.
Para la Conasev, que coincide en varios de los puntos que señala BVL, se trata aún de un tema de cultura bursátil y de que algunas empresas, “cuando alcanzan un tamaño crítico, buscan alternativas de financiamiento en otras plazas bursátiles”.
El panorama en el corto plazo no parece alentador. Pese a que las perspectivas económicas del Perú mejoran todos los días, una (no tan tenue) incertidumbre se cierne sobre el mercado de valores peruano.
Y hay un elemento más, como explica el economista Pablo Secada: “los mercados de valores necesitan volatilidad para desarrollarse y esta casi ha desaparecido en el Perú, gracias a las intervenciones del Banco Central.
¿En qué quedamos?


*DUDAS RAZONABLES


¿Está cara la bolsa?*Una bolsa está cara cuando el precio de las acciones excede el valor real de la empresa. Es importante saber si la acción está cara porque, en gran medida, de ello depende el plazo en que se ha de recuperar una inversión. Simple.
Pero no sencillo. Para saberlo se requiere realizar un análisis muy fino de las empresas detrás de las acciones: gestión, flujos de caja futuros, coyuntura y perspectiva económicas.
La cosa se dificulta en el caso peruano, porque la mayor parte de las acciones pertenecen a empresas mineras y los precios de los metales son objeto de mucha especulación internacional. Entonces, variaciones artificiales en el mercado mundial de metales, repercuten en la BVL.
En estos momentos, se dice que los precios de los metales están muy altos, y por tanto, las acciones en la BVL también lo estarían.
El gerente de estudios económicos de Intelligo SAB, Gustavo Urrutia, señala que los valores que dependen menos de esos factores son los más ligados a lo que pasa efectivamente en la economía peruana, como aquellos ligados a la construcción o al consumo interno.