miércoles, 29 de diciembre de 2010

POR AMOR AL CINE


Hacer entender a Raffo y a la bella congresista León que el cine es cultura; es como pedirle al olmo las peras que no puede dar. Es tan utópica la empresa, que lo único que queda es la abierta confrontación al proyecto que se pretende aprobar en la Comisión Permanente del Congreso. Son tan miopes, que el único “beneficio” es como siempre la neutralización de la exacción fiscal; esta vez el impuesto municipal. Claro, en su regla del albedrío mercantil, lo que importa es llenar el país de multicines, con filmes de ínfima calidad que sólo llenarían a duras penas el (dis)gusto estético de Raffo. Adiós al Fondo del Conacine, nada de alentar el corajudo cine regionalista, lo importante es el porcorn y la cocacolita helada viendo a Rambo como se embute a sus enemigos.
Pero el cine es más que las nefastas intenciones de Raffo y Lucianita; el cine es el consumidor, claro, pero también los realizadores, los estudiantes, incluso los críticos, a cuya pléyade me uní hace algún tiempo con mi columna “A Ojo de Buen Cubero”, que mi buen amigo Mario Vallejo editaba en los diarios “Liberación” y “Expreso”: Pueden ver en este enlace algunas muestras:



Ver también este interesante punto de vista de Chacho León Frías