Los diagnósticos de
expertos de la sociedad civil sobre el papel central de las prácticas de
evasión fiscal de las multinacionales acaban de ser validados al nivel del G20,
con la publicación del informe de la OCDE sobre la erosión de la base fiscal y
la deslocalización de las utilidades.
Bajo el nombre de
BEPS (1), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
ha denominado en un reciente informe la lacra de la erosión de la base fiscal
de los países producto de la deslocalización de la utilidades de las empresas, del
país donde las generan a otros territorios sin pagar impuestos parcial o
totalmente.
En parte es un
logro de diversas ONG y redes especializadas en temas fiscales que han venido
desarrollando un cabildeo intenso por la transparencia contable de las empresas.
Ello sumado a que la evasión fiscal ya no solo es una práctica de las
transnacionales en los países en vías de desarrollo, sino también en los países
industrializados, ha puesto nuevamente la atención de los líderes mundiales en
un problema central.
En realidad, esta
vez podemos decir que se ha abierto el debate de la reforma del sistema de
grabación de las corporaciones transnacionales.
:: Tasación
unitaria
La propuesta de la
sociedad civil sobre “tasación unitaria” para las transnacionales, invita la
OCDE y al propio G20 a utilizar mecanismos de transparencia contable para sacar
información necesaria a fin de adaptar las tasas impositivas (tasación) a las
actividades reales de las transnacionales.
La idea es
ambiciosa y el debate acaba de empezar. Si el reto intelectual, metodológico e
institucional para implementar tal sistema parece enorme, el objetivo de una
tasación adaptada a las actividades reales de las transnacionales debe
instalarse como prioridad.
Sin embargo, este
desafío no debe ser enfrentado sin la participación en el debate y sin tomar en
cuenta los intereses de los países en desarrollo.
:: Primeros pasos
El problema de la
finanza offshore(2) aumenta de manera exponencial desde hace algunas décadas y
está hoy en el corazón financiero y comercial mundial (3). Las ONG que trabajan
desde hace años sobre el financiamiento del desarrollo constataron que la
evasión tributaria creciente de las empresas pone en peligro las finanzas
públicas.
Si bien las
organizaciones sociales fueron los primeros en dar la voz de alarma en los años
2000, es solo después el estallido de la crisis financiera en 2008, con la
consecuente contracción de recursos públicos de los Estados ricos que los
líderes mundiales empezaron a interesarse del tema de la evasión fiscal.
El G20 en
particular se movilizó apuntando a los territorios opacos. La lista negra de
los paraísos fiscales del G20 de Londres (abril 2009) debía imponer a algunos
pequeños territorios (42 exactamente, sin los más importantes centros
financieros offshore que están la City de Londres, el estado estadounidense de
Delaware, Hong Kong, etc…), más transparencia fiscal sobre las cuentas offshore
de ciudadanos de algunos estados poderosos.
:: Medidas
ineficaces
Por primera vez
algunos territorios, que nunca habían aceptado de mandar información sobre las
actividades financieras que permiten, fueron obligados a intercambiar
información. Sin embargo, los flujos financieros ilícitos y la evasión fiscal
de las empresas no han dejado de aumentar.
De hecho, el
enfoque del G20 sobre los ciudadanos es inadecuado para impactar a los
principales flujos financieros ilícitos, porque dichos flujos no proceden tanto
de personas sino más bien de empresas, y además, están principalmente en
dirección Sur-Norte.
Pero ahora, la OCDE
– en una revolución interna ya que acaba de abrazar la idea del intercambio
automático de información fiscal – ha dado a conocer al G20 su informe BEPS
validando todo el análisis de las ONG sobre el papel central de las prácticas
de las multinacionales y de la necesidad de adaptar el viejo sistema de
tasación.
(1) BEPS: Base
Erosion and Profit Shifting, o erosión de la base imponible y deslocalización
de utilidades.
(2) El término
Offshore alude a las jurisdicciones con opacidad financiera, en donde se pueden
esconder ganancias para no pagar impuestos.
(3) Los flujos
financieros ilícitos al nivel mundial se estiman a 6,5 billones de dólares
según el Global Financial Integrity y se estima que 65% de esos flujos procede
de la evasión y elusión fiscal de las empresas internacionales. El Tax Justice
Network estimaba en julio 2012 que se albergan entre 21 y 32 billones de
dólares en los paraísos fiscales, lo que representa el PIB de los Estados
Unidos y de Japón juntos. Ver el articulo Evasión
Tributaria de Grandes Empresas de Luis Moreno, Economía
Crítica, 31 octubre de 2013